En los mercados financieros se consigue más éxito si somos capaces de manejar nuestras emociones, esto supone desde un conocimiento pleno de las emociones que experimentamos a lo largo del día y saber cuáles son aquellas emociones que sentimos en los diferentes ámbitos de nuestra vida como puede ser: social, profesional, familiar para distinguir cuales son las emociones que experimentamos en el mercado financiero, nuestras inversiones, finanzas, presupuestos, etc.
De acuerdo con Daniel Goleman, autor del libro La Inteligencia Emocional, nuestras emociones se convierten en acciones y podemos lograr un manejo inteligente para alcanzar nuestras metas en la vida. De acuerdo con Goleman hay 5 principios básicos para desarrollar nuestra Inteligencia Emocional y el primero es el Autoconocimiento, pieza fundamental para manejar nuestras emociones y dirigirlas hacia donde nosotros queramos con más dominio y seguridad, para esto nos recomienda llevar un Diario Emocional donde cada noche escribiremos las emociones que sentimos para distinguir las emociones que más sentimos y qué es lo que hacemos cuando esto ocurre. La intención es conocernos más para mejorar nuestro comportamiento tomando en cuenta esa energía que nos impulsa hacia ciertas acciones y que nosotros podemos manejar si somos conscientes de ellas, no se puede mejorar lo que no se conoce, por lo tanto, este sería un muy buen primer paso para mejorar el manejo de nuestro dinero.
El profesor David Tuckett autor del libro *“Tomando conciencia de los Mercados: Una perspectiva financiera emocional de la inestabilidad de las finanzas”, concluye que tanto los inversores particulares como los profesionales que tienen mejor desempeño, son capaces de reconocer que la inversión tiene una carga emocional inherente y afectan sus decisiones financieras, descubrió que aún los grandes gestores, experimentaban un compromiso emocional con sus operaciones financieras y que incluso cuando los más experimentados de ellos conseguían hacer a un lado sus emociones a la hora de invertir, lo hacían justamente porque eran capaces de reconocer la situación de incertidumbre en que estaban inmersos.
Por lo cual, una de las mejores lecciones que nos puede dejar este estudio de Tuckett, es que cuando se opera en los mercados financieros se puede tener más éxito si se reconocen las emociones que afloran, especialmente cuando se está dentro del mercado y que no conviene negarlas aludiendo a que somos insensibles. Este reconocimiento, aunque parezca simple en la teoría, en la práctica le puede costar grandes e importantes pérdidas a un inversor. La clave entonces radica en conseguir ser consciente e identificar las emociones que pueden estar influyendo o entorpeciendo nuestra operativa, pues es evidente que, si no se admiten estas emociones, entonces estaremos negando su existencia y consecuentemente no las podremos ver, pero ellas seguirán existiendo ya que como dice el profesor Tuckett: “la emoción es inherente a la inversión”.
*Minding the Markets: An Emotional Finance View of Financial Instability. Ed. Palgrave Macmillan, 2011. ISBN: 9780230299856, NewYork NY
Susana Meana contacto@emocionesydinero.com